Ya está hecho, imposible dar marcha atrás.
Acabo de comprar un billete de ida simple Paris/Rio, sin seguro de anulación. El 31 de marzo a las 6h30, me voy de Francia con mi mochila, algunos ahorros, y no vuelvo antes de…
Me imagino lo que voy a sentir en el avión. Será imposible dormir a pesar de las 20 horas de viaje (eso es el low cost… no hago las cosas a medias J). Entre la angustia de irme solo, a lo desconocido y esa inmensa excitación que me va subiendo desde hace algunas semanas, pensando que voy a realizar el sueño que tengo en mente desde tanto tiempo: la Vuelta al Mundo.
Cuando terminé la escuela no lo hice, con 23 años, recién diplomado en arquitectura, hubiera sido el momento ideal, pero por suerte (¿), rápidamente encontré mi primer trabajo. Luego la vida siguiendo su camino, las oportunidades laborales viniendo, he seguido currando, cambiando de ciudad, currar otra vez. Dos años sin irme de Francia, el mismo yo que no pasaba tres meses durante mis estudios sin comprarme un Ryan Air en cualquier lugar. Hubiera podido enterrar ese proyecto sin ni siquiera darme cuenta, pero una tarde, escribiendo en un fórum el relato de un viaje que había hecho a Egipto en el 2010 , rememorando todos esos momentos mágicos, esos encuentros sorprendentes, he abierto los ojos. Me he dado cuenta que echaba de menos viajar, y que si no me iba rápidamente, la próxima oportunidad no llegaría antes del día de mi jubilación.
Cuando algunas semanas más tarde, mi jefe me propuso pasar a un contrato indefinido, tomé una de las decisiones más importantes de mi vida, lo rechacé. El diciembre pasado, dejé de trabajar, y he vuelto a la casa familiar, en Lille (después de siete años viviendo en pisos compartidos o en estudios) para preparar mi viaje durante el invierno. Estos extraños meses, los he pasado “mimado” por mis padres, más angustiados que yo de pensar que me iba, vacunándome contra enfermedades que hubiera preferido no conocer, haciendo un poco de deporte para no hacer el ridículo cuando vaya a Copacabana, y jugando al póquer durante las noches.
Y ahora, os estaréis preguntando… ¿Que tiene que ver aquí el póquer ?
Llevo tanto tiempo jugando al póquer como viajando, quizás un poco más. Siempre me acordaré de mi primera partida importante, en casa de mi hermano mayor. Yo tenía 17 años, conocía el juego desde hacía un par de semanas, y, como buen alumno que era, había leído algunos artículos en internet para perfeccionarme. El buy-in (precio de entrada de la partida) era de 20 euros, lo que representaba medio mes de mi paga. O sea que la apuesta era importantísima. No me acuerdo tanto de la partida en sí misma. Recuerdo sólo que me había entrado una escalera de color real, la mayor combinación posible, cuya probabilidad es de 1 de 2 598 960.
Pero como no conocía mucho el juego en aquella época, no me había sorprendido particularmente, y había seguido jugando como si nada. Como pueden imaginar, tuve una suerte increíble, y he ganado el torneo. Yo, el jovencito de 17, contra la veintena de jugadores experimentados que estaban esa noche en casa de mi hermano. Pueden imaginarse el impacto que ha tenido mi victoria y el dinero que me he llevado siendo un chavalito influenciable en aquella época. Desde ese día, he seguido jugando. No de forma continua, sino con diferentes grados de intensidad, pero nunca he dejado el juego.
Cuando han vuelto mis ganas de dar la vuelta al mundo, algunos meses atrás, he naturalmente pensado en asociar mis dos pasiones.
He decidido utilizar el póquer para financiar y alimentar mí vuelta al mundo, y así nació el: WORLD POKER TRIP.
Desarrollamos : dentro de WPT, hay tres palabras
Si, por si acaso no lo habían notado, se trata de dar la vuelta al mundo. Me voy de Francia el 31 de marzo, hasta Rio. Como Magallanes, voy a ir todo recto, y a ver si caigo al vacío o encima de otra cosa. En teoría, volvería en Francia un año más tarde. Quizás más tarde, quizás más temprano. Todo dependerá del:
Mis ahorros ganados con el sudor de mi frente como arquitecto no los tocaré. Ese año será financiado con el póquer. Desde que me he lanzado a este desafío, en diciembre pasado, he pasado unas cuarentas noches grindeando en varios casinos, en Francia y Bélgica, y he podido reunir una bankroll que me permite viajar durante 8 meses. Los 4 meses que sobran, tendré que ganar al póquer para seguir viajando. Si no lo consigo, volveré en Francia, si lo consigo, pues continuaré. Así de simple. Así, durante mi viaje, cuando llegaré a alguna ciudad, dejaré de vez en cuando la parte “Vuelta al Mundo”, y estaré algunos días o semanas aumentando mi bankroll para seguir viajando. Obviamente, he planificado pararme en Las Vegas, la Meca de todos los jugadores de póquer, pero es muy probable que haga regularmente, una vez cada mes de media, una etapa de algunos días que dedicaré solo a jugar.
El póquer siempre estará presente durante el viaje, e intentaré jugar cada vez que tenga oportunidad, sea en casinos o en casa de personas que encuentre y me inviten. Obviamente, no podré jugar por todas partes, simplemente porque no se juega en algunos sitios, pero también por razones de seguridad: habrán lugares donde no tendré especialmente ganas de ganar, por miedo a que me roben al salir. Tampoco quiero ser el fish de la mesa, víctima de trampas o otras cosas… Por la parte Vuelta del Mundo, las partidas que intentaré integrar serán con apuesta mínima (algunos euros como mucho) pero me permitirán aprender los cambios culturales a través de las mesas del mundo entero. Imagínense el increíble potencial de historias y los varios encuentros que podré hacer jugando en la parte trasera de un bar peruano, en un casino de Panamá City o de Las Vegas, en un círculo underground en Vancouver, en un piso compartido de grinders profesionales en Tailandia, o en casa de millonarios Indios. La parte póquer seguramente será muy excitante. Probablemente igual que la parte:
Porque la forma de viajar es igual de importante que el viaje en sí mismo. Viajaré de misma forma que lo hago desde que soy estudiante: solo, lentamente, con mi mochila pequeña de 45 L (haré un artículo respecto al tema dentro de poco), con fin de encontrar los habitantes más que los lugares. Concretamente, habrá mucho couchsurfing, noches en casa de gente, mucho autobús, autostop, pero nunca utilizaré el avión. Excepto la ida a Rio, claro. Es demasiado rápido, no me aporta ningún placer ni compresión de las transiciones culturales… además, no es como si tenía prisa…
Sé que tengo 6 meses para hacer la primera parte del viaje: Rio / Vegas. Quiero pasar por la costa pacifica, y visitar países con los que sueño desde siempre: Paraguay, Bolivia, Chile Ecuador, Colombia, Panamá, Costa rica, Honduras, Guatemala, Méjico y Estados Unidos.
Todo esto solo en principio. Luego seguiré en América del Norte, Japón y…¡ Stop! de momento, no hablo más. El proyecto también incluye no ser rígido respecto a las fechas y lugares. Por experiencia sé que los mejores viajes se alimentan de las oportunidades encontradas. No quiero decirme “me encanta esta ciudad, pero tengo que irme mañana para no retrasarme con lo que había planificado”. Eso no pasará, por lo que he dejado voluntariamente el itinerario de la primera parte de mi viaje en blanco, para que el viaje se haga solo.
Obvio, el objetivo es contaros un poco todo esto. En un principio, quería guardarlo para mí, se trata de mi aventura y mis locuras. Pero bueno, he prometido a mi mamá, (la pobrecita está muerta de miedo desde un año) a darle noticias con frecuencia. Y casi toda la gente con quien he hablado de mi proyecto me ha dicho: “Te vas hacer un blog, ¿verdad?”
Bueno, pues ya que estamos, lo cuento a la red entera, ¿no?
Como pueden comprobar, todavía no hay mucho contenido. Normal, se trata de mi primer artículo. Pero dentro de poco habrán dibujos, fotos, mis aventuras, el resumen de una partida en un bar oscuro de Caracas, o un artículo sobre la sociología de las mujeres nacidas en abril en Honduras, ¡yo que sé!
El blog será también para que vosotros los lectores me ayuden. Imagínense 365 días a través del mundo, significan también 365 noches intentando no dormir bajo un puente. Todos tenemos un primo, tío, amiga que vive fuera ¿verdad? Si estoy en algún lugar del mundo donde puede ser que vosotros o uno de vuestros prójimos pueden alojarme, podrán usar este blog para indicármelo…
Bueno, de momento ya está. Todo empieza el 31 de marzo…
Espero encontraros dentro de poco.
Jonathan